Integridad: La evaluación debe ser justa, transparente y basada en criterios objetivos, sin sesgos o preferencias.
Excelencia: Enfocarse en mantener altos estándares de calidad tanto en el proceso de evaluación como en los resultados.
Transparencia: Proporcionar claridad en los métodos, criterios y resultados de las evaluaciones, asegurando que todas las partes entiendan los procedimientos.
Imparcialidad: Evaluar a cada persona con justicia y sin discriminación, garantizando que todos tengan las mismas oportunidades.
Innovación: Mantenerse actualizado en las tendencias, tecnologías y mejores prácticas del mercado laboral para que las evaluaciones sean relevantes y actuales.
Compromiso con el aprendizaje continuo: Fomentar la mejora constante tanto en los evaluadores como en los evaluados, creando un entorno de desarrollo y crecimiento personal y profesional.
Responsabilidad social: Contribuir al desarrollo económico y social, ayudando a las personas a mejorar sus competencias y a las organizaciones a contar con personal capacitado.
Confidencialidad: Respetar la privacidad de los evaluados y manejar la información de manera ética y segura.
Colaboración: Trabajar en conjunto con empresas, instituciones educativas y los propios evaluados para mejorar continuamente los procesos y resultados.Equidad: Garantizar que todos los candidatos tengan las mismas condiciones y oportunidades en el proceso de evaluación.